Como ya hemos explicado en clase, los mitos son narraciones de hechos imaginarios protagonizadas por dioses y héroes.
Todas las culturas han creado mitos para explicar los enigmas del mundo. Sin embargo, las dos mitologías que han influido más en la cultura occidental son la griega y la hebrea.
Los mitos griegos o clásicos inspiraron a escritores, músicos, pintores y escultores. Estos artistas reflejaron en sus obras la vida de los dioses dotándoles de cualidades humanas.
Muchos de los mitos griegos fueron adoptados después por los romanos cambiándoles el nombre a los dioses, pero manteniendo sus cualidades.
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Mitos clásicos
Los trabajos de hércules 2 from cicep
Jasón y los argonautas
Ulises
La tierra de los cíclopes
Llegaron
después a la isla de Sicilia donde vivían los cíclopes, unos gigantes
muy feroces, con un solo ojo en el centro de la frente que vivían en
cuevas. El más malo de todos los cíclopes era Polifemo, hijo del dios
Poseidón, que tenía numerosos rebaños de ovejas y cabras.
Ulises
sin saber nada de los cíclopes fue a explorar la isla con doce de sus
hombres llevando un odre de vino y un saco de comida. Llegaron a la
cueva de Polifemo, que estaba en el monte con sus rebaños, y los
compañeros de Ulises cogieron quesos, leche, corderos y chivos y
quisieron marcharse rápidamente de aquel lugar. Pero Ulises quiso
quedarse para conocer al dueño de aquel sitio.
Cuando
se hizo de noche llegó Polifemo con su rebaño y al descubrir a Ulises y
a sus doce compañeros dentro de la cueva se enfadó mucho, empezó a
gritar, cerró la entrada con una enorme piedra, agarró a dos de los
hombres y se los comió.
Entonces
Ulises le ofreció el vino y la comida que llevaba. Cuando el cíclope le
preguntó cómo se llamaba, el astuto Ulises, le dijo:
- Me llamo «Nadie».
Polifemo le contestó:
- A ti «Nadie» te comeré el último como prueba de mi hospitalidad.
Polifemo
se bebió todo el vino, se emborrachó y se quedó dormido. Entonces
Ulises, ayudado por sus hombres, aprovechó para clavarle el tronco
afilado de un olivo, calentado al rojo vivo, en el único ojo del cíclope
que se despertó del dolor dando muchos gritos y quejándose.
Al
oír sus voces llegaron muchos cíclopes a la puerta de la caverna y le
preguntaron si alguien le había hecho daño, Polifemo les dijo:
- «Nadie» me ha hecho daño.
Al oír esto los otros cíclopes se fueron pensando que no le pasaba nada.
Después
Polifemo quitó la piedra que tapaba la salida de la cueva y se sentó
fuera, extendiendo los brazos, de vez en cuando, para que no se le
escapara ningún hombre.
El
ingenioso Ulises ató las ovejas de tres en tres y debajo iba atando a
uno de sus hombres, finalmente se sujetó a la barriga del cordero más
grande del rebaño. Por la mañana temprano las ovejas y los carneros
salieron fuera de la cueva a pacer y así pudieron escaparse sin que
Polifemo se diera cuenta del engaño.
Llegaron a los barcos y cuando estaban bien lejos de la isla Ulises le gritó al cíclope:
- Polifemo, si alguien alguna vez te pregunta quién te dejó ciego dile que fue Ulises rey de Itaca.
Entonces Polifemo suplicó a su padre Poseidón, dios del mar, que castigara a Ulises, con estas palabras:
-
Escúchame Poseidón y concédeme el deseo que Odiseo no pueda nunca
volver a su palacio. Pero si está destinado a regresar a su País, que
sea tarde y mal, después de perder a todos sus compañeros.
A partir de este momento la cólera de Poseidón perseguirá a Ulises durante el resto de su viaje.
Mitos hebreros
La torre de Babel
Toda la Tierra tenía una misma lengua y usaba las mismas palabras. Los hombres en su emigración hacia oriente hallaron una llanura en la región de Sena-ar y se establecieron allí. Y se dijeron un unos a otros: «Hagamos ladrillos y
cozámoslos al fuego». Se sirvieron de los ladrillos en lugar de piedras
y de betún en lugar de argamasa. Luego dijeron: «Edifiquemos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue
hasta el cielo. Hagámonos así famosos y no estemos más dispersos sobre
la faz de la Tierra».
Mas Yahveh
descendió para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban
levantando y dijo: «He aquí que todos forman un solo pueblo y todos
hablan una misma lengua, siendo este el principio de sus empresas. Nada
les impedirá que lleven a cabo todo lo que se propongan. Pues bien,
descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje de modo que no se
entiendan los unos con los otros». Así, Yahveh los dispersó de allí
sobre toda la faz de la Tierra y cesaron en la construcción de la
ciudad. Por ello se le llamó Babel, porque allí confundió Yahveh la lengua de todos los habitantes de la Tierra y los dispersó por toda la superficie.
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